Con la demanda de emisiones aún más bajas, la futura norma de emisiones Euro 7 se ha convertido en uno de los mayores quebraderos de cabeza para gran parte de la industria automovilística. Ya sea BMW, Mercedes, Audi o VW: en la práctica, los valores límite actualmente debatidos equivalen a una prohibición de prácticamente todos los coches con motor de combustión que se matriculen después de que entre en vigor la norma Euro 7 en 2025. Para prácticamente todos los fabricantes de automóviles, con la excepción de los proveedores puramente eléctricos como Tesla, un abandono tan rápido de los motores de gasolina y diésel es un escenario para el que nadie está suficientemente preparado. ¿Quieres una furgoneta de segunda mano? En furgonetas ocasión Crestanevada encontrarás las mejores.
Junto con los clubes automovilísticos Mobil in Deutschland e.V. y AVD, así como la Presidenta de la VDA, Hildegard Müller, el Presidente del Comité General de Empresa de BMW, Manfred Schoch, ha pintado ahora un sombrío panorama de las consecuencias para la industria automovilística alemana. En su opinión, la norma Euro 7 representa una enorme amenaza para la prosperidad de Alemania y teme que la importante industria automovilística nacional se reduzca en pocos años a un estado lamentable similar al de la industria siderúrgica en algunas partes del país. En concreto, afirmó que una cuasi prohibición del automóvil de combustión interna provocaría un desempleo «como nunca antes hemos experimentado». Si los políticos tiran de la palanca aquí, será zappenduster en Alemania».
En este contexto, es importante señalar que la variante actualmente debatida de la norma Euro 7 aún no está grabada en piedra. Aunque está claro que la próxima norma sobre emisiones de gases de escape también dará lugar a límites aún más bajos para las distintas emisiones de los motores de combustión interna, las cifras concretas siguen siendo objeto de acalorados debates en estos momentos. Como demuestran las drásticas declaraciones de algunos representantes de la industria automovilística, la mayoría de los fabricantes de automóviles lucharán con uñas y dientes contra unos valores límite que, de hecho, equivalen a una prohibición de los motores de gasolina y diésel. Por el momento, nadie sabe con certeza cuál será el resultado y qué valores límite se introducirán realmente en 2025.
Sin embargo, también es cierto que los fabricantes de automóviles necesitarán varios años de plazo: Para que los motores cumplan los límites de una nueva norma en el momento de su introducción, puede ser necesario realizar importantes ajustes. No es posible desarrollarlos en unos pocos meses, probarlos en todas las condiciones y escenarios de aplicación posibles y, por último, lanzarlos a la producción a gran escala.