El movimiento Slow Design surgió en la década de 2000 como reacción a nuestra sociedad de consumo excesivo. Como su nombre indica, el diseño lento nos anima a ir más despacio, a tomarnos el tiempo necesario para seleccionar cuidadosamente muebles que consuman menos energía, sean más ecorresponsables y estén hechos a mano.
Técnicas y creaciones artesanales
Los objetos lentos suelen estar hechos a mano con técnicas de diseño tradicionales. Al margen de las grandes marcas, no se fabrican industrialmente, sino a mano. Se valora el cortocircuito: los productos de diseño lento se producen en el mismo país o región. Si quieres apoyar la artesanía local, Slow Design es una excelente alternativa a los productos industriales a gran escala.
Materiales reciclados en cantidades limitadas
Si eres aficionado al reciclaje, en Slow Design encontrarás todo lo que necesitas. Cajas fabricadas con cables eléctricos trenzados, papeleras hechas con restos de revistas, muebles de madera encontrados en mercadillos o recuperados de vertederos industriales… ¡Tienes mucho donde elegir! Esto le permitirá hacer algo nuevo a partir de algo viejo y reducir los residuos de producción.
Al igual que en el caso de los objetos estandarizados, elija objetos y muebles desarrollados en ediciones y cantidades limitadas, señala el decorador Málaga Aldea Decoración. Los materiales reciclados fomentan el desarrollo sostenible, por lo que indirectamente estás ayudando a reducir la huella medioambiental.
¿Qué colores elegir?
Elige colores más bien neutros: una base blanca o blanquecina quedará perfecta en tus paredes. Por ejemplo, en su cocina, puede mezclar el verde azulado calentado por un blanco cremoso y unos toques de negro para estructurar el conjunto y hacerlo armonioso. Combina esta decoración de pared con muebles de madera en bruto que aportarán modernidad a tu habitación.
Para el color de los muebles, opta por tonos claros como el ocre. Para contrastar el conjunto, elige objetos decorativos grises. Estos tonos aportarán suavidad a su interior.
Los colores más cálidos, como el colorete, también pueden utilizarse para este estilo. Desde el rosa hasta el ciruela, estos colores recuerdan a la paleta del terracota, ideal para un fuerte estilo de diseño Slow.
Acentúa tu decoración con detalles en naranja o terracota para calentar aún más el ambiente general.
Utilizar materiales y muebles nobles y naturales
Privilegia materiales como el terciopelo, el lino, el mármol, el cobre y la madera marrón para aportar el caché que le falta a tu interior.
Piezas resistentes como una cama de ratán vintage o un imponente sillón de terciopelo añadirán encanto a sus habitaciones. Para el comedor, una mesa de madera puede combinarse con bancos y algunos cojines o textiles blancos como accesorio. A esto se añaden platos y fuentes hechos a mano con un cuchillo de madera en un estilo crudo y auténtico. Cada pieza es única y está finamente elaborada para dar cabida a sus platos más sencillos y refinados.
Sobre todo, utiliza el menor número de muebles posible para «airear» tu espacio y facilitar el paso de una habitación a otra. No te avergüences de nada superfluo. Del mismo modo, no sobrecargue sus paredes con decoración.
Las luminarias serán discretas y se integrarán perfectamente en el marco de sus espacios. Elija lámparas de bajo consumo con curvas geométricas. Elija una luz suave y relajante para su dormitorio y quizás una luz más brillante para las zonas comunes.
Por último, la comodidad tendrá su lugar en esta decoración Slow. Así que no escatimes en alfombras, cojines, cuadros y otros textiles de aspecto cálido que aportarán el confort necesario a tus habitaciones. El bienestar de las personas y su entorno son dos elementos esenciales en esta tendencia.
Adopta el Slow Design para replantear por completo tu decoración y tu forma de vivir. Tómate el tiempo de elegir objetos y muebles contemporáneos que sean a la vez estéticos y artesanales. Consumir menos y mejor es posible gracias a este estilo ético que devuelve la sencillez y la naturalidad a la moda.